Fiestas Patronales en
honor de Nuestra Señora Santa María de lo Alto
Las fiestas patronales de Aýna tienen lugar del 4 al 8 de Septiembre. Su celebración trasciende fronteras y mucha gente busca cualquier excusa para visitarnos los días que se celebran sus tradicionales y renombrados encierros, carreras ante los morlacos (los días 5, 6 y 7 de septiembre). Un hecho incuestionable es la importancia que este evento tiene dentro de las fiestas. Nadie es capaz de concebir unas fiestas sin encierros.
Las peñas son un factor importante durante estos días: grupos de amigos y/o familias que dan alegría y color a las fiestas, rodeadas de buen ambiente y humor.
El primer día de esta festividad es el día 4 de septiembre y la celebración comienza con el tradicional pregón, ofrenda florar a la Patrona e imposición de bandas a las Ayniegas y Ayniegos de Honor de las Fiestas. Los días 5, 6 y 7 tienen lugar los festejos taurinos, después de los cuales toca cena y al baile en la pista de La Toba. Grupos, orquestas, dúos y un largo etcétera de artistas animan al pueblo durante estos días a seguir el ritmo de sus canciones, todo ello con la mezcla de colores y de disfraces que conforman todas y cada una de las peñas. Y así hasta que, alguien, quizás desconsolado, canta un ‘Pobre de mí’ tan particular, que a nadie se le escapa que tiene que volver el año que viene para decir que se lo ha perdido.
Estas fiestas Patronales se celebran en honor a Nuestra Señora de lo Alto, patrona del pueblo. Su día grande es el 8 de septiembre, en el que se celebra una misa multitudinaria y una procesión por las principales calles del municipio. En este momento, se le agradece lo bueno que ha sucedido durante el año transcurrido y se le pide que continúe así otro año más, o, como dice el refrán ‘Virgencita, que me quede como estoy’.
La tarde del día 8, se reserva para los niños que disfrutan en la Plaza Mayor participando en los juegos populares organizados, uno de los más conocidos son los ”Pucheros”, piñatas de barro rellenas de regalos.
Pero no nos podíamos olvidar del homenaje a las personas mayores que siempre nos aportan su experiencia en la vida.
Encierros
La belleza de los encierros en Aýna parte con una ventaja, como es la orografía del terreno. El valle de Aýna y sus calles, en continuo descenso hasta la plaza, permiten vistas muy hermosas de esta tradición.
El encierro comienza muy temprano, después de disfrutar de la tradicional diana y habiendo almorzado en las cercanías del corral de la Salobre, situado a pocos kilómetros del pueblo, obre las nueve y media de la mañana, las reses que van a correr ese día salen por el campo, acompañadas de cabestros y mayorales, además de un nutrido grupo de valientes que siguen a pie a los astados.
Cuando el grupo llega al Mirador del Diablo, una sirena avisa a propios y extraños de que la carrera está a punto de comenzar. Éste es uno de los momentos más bonitos, puesto que se pueden ver a los astados ir bajando, poco a poco, algunas veces, o rápidamente, las más, hasta el inicio de la carrera, situado, extraoficialmente, en la Rodea Grande.
Las curvas del Matadero, Michelín o el Cruce, son, también, momentos muy emotivos y de peligro del encierro, que son seguidos con pasión por espectadores y corredores. Una vez en el casco urbano, la carrera sigue teniendo su belleza, aunque sólo sea para los que están situados, estratégicamente, en alguno de los tramos de la misma.
Llegados a la plaza, corredores y espectadores se congratulan de que la Virgen de lo Alto haya guardado a todos de cualquier percance.
A mediodía, y después de una buena comida, acompañada de buen vino, la banda llama a todos a ver el festejo taurino, que se celebra en la Plaza Mayor, preparada con talanqueras y barreras, para que todos puedan ver el espectáculo sin correr ningún riesgo. Todavía se recuerda que, no hace mucho, toreros vestidos con traje de luces eran los que lidiaban las reses corridas esa misma mañana, aunque, en la actualidad, ese trabajo lo realizan jóvenes novilleros contratados por el Ayuntamiento.
Fiesta de “El
bolo” – Santa Lucía
Otra fiesta con importancia en la actualidad es la de El Bolo, celebrada la tarde-noche del 12 de diciembre la víspera de Santa Lucía la patrona de vista.
Ese día, al anochecer las calles del municipio se adornan de enormes hogueras, de romero verde recogido durante la tarde en el campo, en las que los lugareños se reúnen, e incluso, hay algún valiente que osa cruzar el fuego, como elemento purificador, no sin antes cenar alrededor de la misma hoguera choricillos, morcillas, panceta y patatas asadas, acompañadas de un buen vino y de porte dulces típicos y zurra.
En la actualidad muchos vecinos sobre todo los más jóvenes lo celebran la noche del sábado más cercano.
Fiestas en honor
a Santo Cristo de Cabrillas
Otra cita de reunión inexcusable para los lugareños son las fiestas del Santo Cristo, la tarde del primer sábado de mayo, siendo el único barrio de Aýna con festividad propia.
Sus orígenes se remontan al Día de la Cruz, fiesta que se celebraba para rogar a Dios por las cosechas, cuando se oficiaba una misa en la puerta de la Ermita del Santo Cristo de las Cabrillas, (pues sus reducidas dimensiones impiden que dentro estén más de dos o tres personas) y, a continuación, se realizaba una procesión, con una cruz adornada totalmente de flores hasta el Rincón de la Toba.
Una vez allí, se bañaba la cruz en una pequeña charca que formaba el agua que nace allí. En su regreso a la capilla, las gentes que acudían a la procesión le quitaban las flores, pues eran tenidas por milagrosas. Todavía se sigue realizando una misa en la puerta de la ermita para celebrar ese día, cuerva y dulces para los asistentes.
Corpus Christi
En este día, las calles por donde pasará la procesión con la Custodia son tapizadas de mejorana (planta aromática), pétalos y flores, que dejan un aroma muy agradable; las fachadas de las casas se engalanan con colchas; y en varios rincones los vecinos realizan altares con imágenes, macetas y colchas por donde luego parará la procesión.
Carnaval: Trompalobos y
Trompalápiz
En la semana del Miércoles de Ceniza, Trompalobos y Trompalápiz, individuos tapados con unas mascaras en forma de trompa de lobo y de trompa de lápiz aparecen por las calles de Aýna asustando a niños y tirando ceniza a los pies de quien encuentra a su paso, siendo éstos los personajes principales del carnaval ayniego, además son acompañados de “los mascaraos” estos son disfraces con ropajes viejos y mascaras hechas con telas.
El sábado después del miércoles de ceniza, se celebra el desfile de disfraces, donde niños, mayores y grupos de amigos, se disfrazan con trajes bastante elaborados y creativos para alegrar el ambiente junto a la banda de música de Aýna.
Fiestas en las
Pedanías.
Estas pequeñas fiestas sigue primando la vecindad ya que en muchas de ellas son organizadas por los propios vecinos, los cuales preraran desde los actos religiosos a comidas populares.
– La Noguera y El Villarejo: San José, 19 de marzo.
– El Ginete y El Pozo Ladrón: Romería de la Divina Pastora, primer sábado de mayo.
– Royo Odrea, Las Hoyas, El Vallejo, Carcabos y La Navazuela: Virgen de Fátima, 13 de mayo.
– La Dehesa: Sagrado Corazón de Maria y Jesús, último domingo de mayo.
– La Sarguilla: San Cristóbal, primer domingo de agosto.
– Moriscote: Virgen del Pilar, 12 de octubre.